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martes, 20 de abril de 2010

COLIBACILOSIS AVIAR

COLIBACILOSIS
AVIAR

Por
Gonzalo Vergara

Es
un tema ya muy viejo, pero por
desgracia actual, que sigue afectando a las aves en general y en especial a
nuestros canarios, produciendo grandes bajas en algunos criaderos.

INTRODUCCIÓN

La colibacilosis es un proceso localizado o sistémico producido por
E.coli, existen varios tipos de colibacilosis en aves, según qué tejido se
encuentre afectado o qué enfermedad se produzca.

E.coli aparece normalmente en la porción baja del tracto digestivo.
Ciertos serotipos de E.coli poseen atributos específicos de virulencia, denominándose
APEC (Avian Pathogenic E.coli). E.coli
aviar patógeno capaz de
generar enfermedades.

Es posible aislar el microorganismo de las membranas mucosas del tracto
respiratorio (faringe y tráquea), pero su presencia no se considera normal. La
presencia en piel y plumas es
considerada un contaminante ambiental.

Se pueden encontrar numerosos E.coli en
el ambiente de los jaulones, especialmente en el polvo.

Las crías jóvenes pueden contaminarse a través de los huevos contaminados; E.
Coli “florece” en ausencia de una microflora intestinal ya establecida, y se
extiende fácilmente con las heces durante los primeros días de vida en
canarios sanos, con buenas defensas y
buena flora digestiva; las
bacterias gram(+) colonizan el intestino antes que las gram(–) (E.coli). Se
establece un equilibrio entre bacteria y el hospedador (canario) y si el
equilibrio persiste NO hay colibacilosis.


La infección natural del tracto respiratorio en aves
se produce por inhalación de polvo contaminado por heces. Las regiones
de intercambio gaseoso, sacos aéreos y pulmonares son muy vulnerables a la
colonización e invasión bacteriana. MUCHAS de las septicemias colibacilares
comienzan en los sacos aéreos.

Tres
factores van a determinar la presencia de colibacilosis:

·
Número
de bacterias.

·
Virulencia
del organismo.

·
Estatus
de las defensas del canario.

INFECCIONES
LOCALIZADAS

Onfalitis:

es una inflamación del ombligo. Normalmente se afecta al saco vitelino dada la
proximidad. La infección del saco puede provenir directamente del huevo, del
intestino o del torrente sanguíneo. Las
características son: inflamación, edema, enrojecimiento y pequeños accesos en
el ombligo. El abdomen está distendido.

Las
consecuencias son carencias nutricionales, defensas insuficientes, absorción de
toxinas, y propagación de E.Coli por el cuerpo del ave, produciéndose
colisepticemia. Los que sobreviven suelen estar aturdidos y con crecimiento
deficiente. El saco vitelino se contrae pero permanece en forma de abceso
durante un tiempo.

Celulitis:
es una inflamación debajo de la piel. A diferencia de los mamíferos, en aves
es normal. Hay dos formas:

· Proceso
inflamatorio:
Implica al tejido subcutáneo, en particular al espacio comprendido
entre el muslo y el abdomen. El pobre emplume y crecimiento rápido
predisponen a este tipo de lesiones.

· Síndrome
de cabezas hinchadas: La inflamación se origina por el cúmulo de exudado bajo
la piel en respuesta a la bacteria. La puerta de entrada pueden ser las
membranas mucosas inflamadas de los senos o de la cavidad nasal o conjuntiva,
pudiendo llegar la cabeza a adquirir un tamaño descomunal.

Diarrea:

Es la manifestación clínica más frecuente de la colibacilosis. Los canarios
con diarrea están deshidratados, los intestinos están pálidos y distendidos
con fluido. El ciego es acuoso y puede contener pus.

Salpingitis
(adultos):
Es
la inflamación del oviducto, estando marcadamente distendido se produce
disminución o imposibilidad de la puesta.
MÉTODOS
DE CONTROL



Terapia
antimicrobiana:

La colibacilosis es la principal causa de uso de antibióticos en avicultura.
E.Coli puede ser sensible a muchos
antibióticos como ampicilina, nirofuranos, florfenicol, neomicina,
fluoroquinolonas, gentamicina, trimetropin-sulfas, ac. Nalidixico, polimixina b,
estreptomicina y sulfamidas. De una revisión reciente en Georgia, resultó que la mayoría de los aislados en pollos (64%) tenían
resistencia a 5 o más antibióticos, eso se debe al mal uso de los mismos y
creo que en canaricultura aun es peor. Debemos
hacer un uso juicioso de los mismos. Es necesario comprobar la eficacia de un antibiótico en el
laboratorio previo a su empleo. Las dosis de empleo y el tiempo de tratamiento
deben ser los precisos, yo creo que las dosis deben ser 3 ó 4 veces más altas
que las recomendadas habitualmente, así como prologarse varios días más el
tratamiento, por razones que ahora no voy a exponer. La subdosificación es nefasta y genera resistencias más rápidas
en el tiempo.

Hay que buscar otras alternativas para controlar la colibacilosis y entre
ellas está la de eliminar los agentes primarios de la infección,
eliminación drástica de los sujetos susceptibles de padecer la enfermedad, por
muy buenas cualidades selectivas que tengan y elección de los sujetos más
sanos y robustos.

Pautas
de manejo:

La higiene se considera la clave para el control. Esto incluye los nidos
y manejo de los huevos, al ser un habitante normal del intestino, la contaminación
fecal de la cáscara es posible transmitirla,
sacad los huevos lo antes posible; la limpieza y desinfección de las manos
juega un papel importantísimo. El agua (de bebida) suele ser una fuente
de infección.

Resistencia
genética:

Avances en biotecnología han hecho posible identificar genes de aves
resistentes y transferir sus secuencias de ADN a determinadas líneas; creo
que por aquí es por donde debemos ir.

Exclusión
competitiva:

El efecto protector de la microflora normal del intestino frente a cepas
patógenas de E.coli está bien documentado en pollos y pavos, en los canarios
se supone que es lo mismo. En el mercado hay preparados comerciales “indefinidos”
que han demostrado ser eficaces a la hora de reducir la colonización de cepas
patógenas de E.coli en las aves que reciben dichos preparados. La adición de
lactobacillus protege mediante un mecanismo de acidificación del buche, ciego y
colon.

En definitiva E.Coli puede causar enfermedad sin ayuda de ningún agente
estresante adicional pero la mayoría de los procesos colibacilares son el
resultado de E.coli “normales” que se comportan como agentes infectivos
secundarios. En estas ocasiones podemos usar antibióticos pero,
racionalmente.

Pero lo más importante radica en un buen manejo y selección de los
ejemplares que usemos como reproductores, excluyendo todos
los que nos hagan dudar.

La
manifestación clínica más frecuente de la colibacilosis es la diarrea, suele
afectar particularmente a los pichones durante los primeros días de vida,
pudiendo ocasionar gran mortandad e incluso arruinar totalmente una temporada de
cría.

Cabe
sospechar de la proliferación de cepas patógenas de E.coli cuando hay
mortandad de pichones, normalmente entre el 2º al 9º día, las madres tienen
las plumas del pecho y vientre alborotadas y con aspecto de estar mojadas
“Enfermedad del sudor”, provocado por las heces diarreicas de los pichones,
las cuales están contenidas dentro de una sustancia mucosa en pájaros sanos
que las madres limpian con facilidad, las heces diarreicas y el calor del nido
favorecen la multiplicación de E.coli que penetra por distintas vías en el
organismo del pájaro provocando su muerte en 2/3 días, negándose a comer
aunque los padres
intenten embucharlos una y otra vez.

TERAPIA
ANTIMICROBIANA:

Éste es el único método eficaz para intentar salvar un año de cría
en el supuesto de que la enfermedad esté difundida en el criadero. Si no
podemos realizar un análisis inmediato, recurriremos a un antibiótico; el
tratamiento de elección sería la gentamicina sulfato al 6 % en polvo, añadida
a la pasta de cría a razón de 5 g/k. desde el día 1º a 20º de vida,
adicionando probióticos de 1 a 4 gr/k. según composición. Si las crías ya
están afectadas y notamos que no quieren comer, tendremos que duplicar la dosis
para que la cantidad de antibiótico que le aportan los padres con la comida sea
una dosis curativa, con este tratamiento y dosis suele haber mejorías
espectaculares, “milagrosas”, pero MUCHO CUIDADO CON LOS MILAGROS. Vuelvo a
repetir, debemos hacer un uso juicioso de los antibióticos, el tratamiento
debe ser enérgico con dosis altas y un tiempo largo; los canarios tienen
“el metabolismo muy acelerado”, el tiempo de vida media de un antibiótico
es muy corto y su eliminación muy rápida, no deben quedar bacterias vivas, así
lo que ahora es un milagro, al año siguiente puede ser la “ruina” al no
poder atajar la enfermedad con ningún quimioterápico, debido a las temibles
RESISTENCIAS BACTERIANAS. Debemos usar los antibióticos con mucha cautela, no
realizar “limpiezas” precria por sistema y si nos decidimos a hacerlo que
sea con las dosis y tiempo largo sin usar “cocteles” de antibióticos muchas
veces incompatibles.

Otro
quimioterápico eficaz contra E.coli es la enrofloxacina, no existen preparados
en polvo, es necesario diluirla y posteriormente añadir a la pasta de cría.

EXCLUSIÓN
COMPETITIVA:

Añadiendo probióticos a la pasta de cría o en el agua de bebida,
podemos modificar la microflora intestinal del ave, pero ¿Qué es un probiótico?
Son bacterias inofensivas que normalmente forman parte de la microflora
intestinal del ave , están cultivadas en condiciones asépticas y normalmente
se acompañan de levaduras para mejorar
o potenciar su acción terapeutica.

Existen
distintos preparados comerciales, suelen utilizarse:

Escherichia
coli apatógeno

Estreptococcus
faecium

Lactobacillus
acidophilus, bulgaris,casei etc.

Sacharomyces
cerevisae

Todos
utilizables en canaricultura, con ellos se pretende modificar la microflora
intestinal del canario en casos de desequilibrio o simplemente como profilaxis.
Cuando existe la enfermedad, el intestino está colonizado por E. Coli patógeno,
se pretende que estos probióticos ocupen el lugar de los E.coli. Su uso suele
ser eficaz en caso de Salmonellosis, en donde los quimioterápicos no producen
el efecto deseado. No producen tolerancia ni resistencia, se pueden usar durante
todo el año. Existen preparados en forma de polvo que se pueden añadir a la
pasta de cría y al agua de bebida, los mejores resultados se obtienen en la
pasta de cría.

EFECTOS
NUTRICIONALES SOBRE LA COLIBACILOSIS:

La nutrición juega
un papel importante sobre el sistema inmune del ave: la vit.E ,
antioxidante y la vitamina
A, como mantenedora de las mucosas y epitélios y la vit.C, en grandes
dosis en ocasiones han sido eficaces en el tratamiento de la colibacilosis; la
incorporación de ac. Grasos polinsaturados (Omega3) y espirulina, como
potenciadores del sistema inmunitario, se presentan como apoyo dietético frente
a la colibacilosis.

CONCLUSIÓN:
Podemos utilizar antibióticos si queremos reducir el impacto de la enfermedad,
E.coli puede causar enfermedad por sí solo sin necesidad de ningún agente
estresante adicional, pero la mayoría
los procesos colibacilares son el resultado de los E.coli “normales”
del canario que se comportan como agentes infectivos secundarios, por tal
motivo.

Con
prácticas de manejo correctas, desinfección, bioseguridad, exclusión
competitiva, alimentación adecuada, eliminación de sujetos susceptibles de
padecer la enfermedad,
elección de sujetos procedentes de familias numerosas y sanas, E. Coli
no debería de provocar enfermedad.

Todo
lo expresado anteriormente lo podemos realizar siempre que trabajemos sólo y
exclusivamente con nuestros canarios, pero siempre adquirimos “otros”
procedentes de distintos criaderos e incluso de otros países, de los cuales
desconocemos las pautas de manejo del criador y ahí comienza el problema de
nuevo,
CUIDADO AL ADQUIRIR NUEVOS EJEMPLARES.

viernes, 9 de abril de 2010

Manejo del huevo fértil antes de la incubación

7.1 Manejo del huevo fértil antes de la incubación


Autores: Antonio Callejo Ramos


1. INTRODUCCIÓN

En los actuales modelos de explotación de reproductoras se ha eliminado la incubación natural. Desde una perspectiva económico-productiva, una incubación natural será totalmente negativa, dado que el ave interrumpiría durante esta fase su
puesta y disminuiría con ello el número de huevos puestos por ciclo, que es precisamente la razón primera de su explotación. Es preciso, por
tanto, recurrir a la incubación artificial.
Para obtener el mayor número posible de pollitos viables de 1 día, no basta con obtener el máximo número dehuevos fértiles. Es preciso manejar éstos de forma adecuada para evitar contratiempos al embrión, que afectarían a su posterior viabilidad.
Tampoco puede olvidarse el manejo adecuado del huevo durante el período de incubación, ni las atenciones que requiere el pollito recién nacido.
Al estudio de esta fase fundamental del ciclo productivo dedicaremos el presente capítulo.
Básicamente, la ruta del huevo "fértil", desde "huevo hasta pollito", puede dividirse en 5 etapas:


Manejo del huevo
Incubación
Transferencia a la nacedora
Nacimiento de los pollitos (días 19 a 21)
Manejo del pollito de 1 día
2. MANEJO DEL HUEVO FÉRTIL
En la práctica, hay que partir de la base de que un cierto porcentaje de los huevos puestos por las reproductoras no son aptos para afrontar con garantías de éxito el período de incubación. Por esta razón, hay que tener en cuenta un serie de aspectos para determinar cuáles, de todos los huevos puestos, van a ser los que se introduzcan en las máquinas incubadoras.
Por otra parte, el huevo fértil es un elemento vivo, que debe ser manejado desde la propia granja con sumo cuidado y conforme a unas rutinas que no perjudiquen al potencial de incubabilidad inicial de este huevo.

2.1. Recogida de los huevos
En cualquier granja de reproducción los huevos deben ser recogidos como mínimo tres veces al día. El objeto es
triple:

evitar roturas.
reducir las posibilidades de contaminación.
evitar la aparición de la cloquez.
En épocas de temperaturas extremas (calor intenso o mucho frío), es aconsejable incrementar la frecuencia de recogida a cinco. Si hace mucho calor y el huevo permanece excesivo tiempo en el nidal, pueden tener lugar divisiones embrionarias, con consecuencias fatales para el embrión, ya que luego el huevo se enfriará en el almacén.
Si las temperaturas son bajas, al enfriarse el huevo su contenido sufre una retracción y se forma la cámara de aire por aspiración a través de los poros de la cáscara.
Cuando la superficie de ésta se encuentra sucia, la penetración de gérmenes es elevada.

2.2. Elección de huevos incubables
A la hora de proceder a la elección de los huevos puestos para ser enviados a la incubación, habrá que tener presente las siguientes cuestiones:
a) El tamaño. No deben incubarse huevos de peso inferior a 52 g., ni superior a 69 g. En los huevos pequeños, el desarrollo embrionario es difícil y los pollitos que nacen son más pequeños y débiles de lo deseable (no deben pesar menos de 35 g.). Los huevos excesivamente grandes, más frecuentes al final del período de puesta, presentan dificultades para su incubación, dado que:

Se alarga su período de incubación.
Aumenta el riesgo de deshidratación, porque suelen tener la cáscara más delgada de lo normal, es decir, con una mayor conductividad a los gases.
No caben en los alvéolos de las bandejas de incubación
b) Las formas atípicas y roturas, así como las fisuras de la cáscara, que hacen inadecuados a los huevos para la incubación (no llegan a buen fin o "explotan" durante el proceso). Consecuentemente, se desecharán.
c) La limpieza . Los huevos sucios y los puestos en el suelo deben colocarse en bandejas diferentes de los restantes
huevos. Se desecharán, si son pocos los que presenten esta condición. En caso contrario, se eliminarán los muy sucios y se someterá a los restantes a un tratamiento diferenciado del de los huevos teóricamente limpios.
d) La edad de los reproductores . La incubabilidad de los huevos varía a lo largo del ciclo productivo: es menor al inicio y al final de dicho período. Al inicio de la puesta, factores muy importantes que afectan a la incubabilidad son:

Una proporción demasiado baja de yema respecto al total del huevo.
Tamaño reducido de los huevos.
Porcentaje de huevos de dos yemas relativamente elevado.
Abundancia de formas atípicas.
Presencia relativamente frecuente de huevos no fecundados.
Al ir finalizando el ciclo de puesta, el
porcentaje de huevos incubables también desciende:

La calidad de la cáscara empeora.
La "calidad intrínseca" de los huevos también es peor, como consecuencia del agotamiento fisiológico de las reproductoras.
Los machos envejecen más rápidamente, lo que puede llegar a constituir un problema particularmente grave en muchas estirpes.
2.3. Lavado de huevos sucios
El tratamiento de un huevo algo sucio (insistimos en que los muy sucios deben desecharse) puede hacerse de
dos formas:

Por raspado;
Por lavado.
El raspado tiene el inconveniente de que, si bien elimina la suciedad, también daña la cutícula exterior del huevo, exponiendo el interior a una más fácil contaminación posterior, a un mayor riesgo de "explosión" durante la incubación y a un descenso en la tasa de eclosión.
Debido a esto, es más conveniente el método de lavado [1] , siempre y cuando se respeten las siguientes condiciones:
a) Los huevos deben estar colocados en bandejas aparte.
b) El lavado debe efectuarse inmediatamente después de la recogida. No se debe esperar al final de la jornada.
c) La solución a utilizar debe ser detergente e higienizante, a base de compuestos de cloro, iodo o amonio cuaternario, en la proporción de 250 ppm. en el caso del cloro (5 ml. de lejía comercial al 5% de cloro activo, por cada litro de agua) y de 200 ppm. en el caso de los otros desinfectantes.
d) La temperatura de la solución siempre deberá estar entre los 38 y los 40ºC, siempre superior a la temperatura del huevo.
e) El tiempo de lavado no deberá exceder de los tres minutos.
f) La solución debe renovarse con gran frecuencia (tras 3 ó 4 tandas de lavado).
g) La calidad del agua debe ser adecuada, desde el punto de vista bacteriológico y químico; sobre todo, se ha de prestar atención a la concentración de hierro, ya que ésta nunca debe exceder de 5 ppm.
Lógicamente, el tener que proceder a un lavado no sólo encarece el producto sino que, además, aumenta el riesgo de dañar (por fisuras y roturas) la calidad intrínseca del huevo para la incubación.
En cualquier caso, está perfectamente comprobado que los huevos sucios, incubados aparte de los limpios, pueden llegar a dar hasta un 20% menos de nacimientos; y no sólo eso, la viabilidad de los pollitos nacidos es muy baja, dando una mortalidad en la primera semana de hasta un 15%.

2.4. Fumigación
Una fumigación eficaz de los huevos para incubar es un medio probado de reducir el número de bacterias de la cáscara. Ello ayudará a que no contaminen la sala de incubación con gérmenes patógenos potenciales, tales como salmonellas, evitando su penetración en el interior del huevo.
Lo adecuado es realizar una primera fumigación en la granja, tan pronto como sea posible después de su puesta, y de nuevo a la llegada a la planta incubadora.


Una fumigación eficaz puede ser obtenida
con:


a) Una mezcla de 60 ml.
de formaldehído al 40% y 30 g. de
MnO4K por cada metro cúbico de la
cámara. La temperatura ambiente deberá ser de 20-25ºC y la humedad
entre el 70 y el 80% El tiempo del tratamiento será de 20 minutos.


Al acabar, el formol gaseoso puede ser
neutralizado por amoníaco en 10-15 minutos (el volumen de amoníaco
necesario es igual a la mitad del de formol utilizado).


Para usar formol hay que tomar una serie
de precauciones:


El formol debe ser guardado a temperatura ambiente en un recipiente
herméticamente cerrado.
Nunca debe ser almacenado durante largos períodos de tiempo.
Debe añadirse el formol al permanganato, nunca a la inversa.
Debe utilizarse un recipiente de boca ancha.
En el caso de tener que estar expuesto a la acción del gas, es
necesario llevar una máscara, pues es muy irritante para ojos, nariz y
garganta.



b)
Paraformaldehído sólido con una
riqueza mínima del 91%, a razón de 10 g./m3 de cámara. La
humedad será del 80% y el tiempo de 20 minutos.


Frecuentemente las concentraciones de
gas no se logran, debido a:


Demasiada humedad: suelos mojados, en los cuales el gas se
disuelve.
Una circulación inadecuada del gas.
Usar insuficiente cantidad de producto.
Fumigación de los huevos en los alvéolos de cartón, pues éstos
absorben demasiado gas. En su lugar, deben emplearse bandejas de
plástico.





Cuando se realizan fumigaciones en la
incubadora, las concentraciones utilizadas son menores que las
indicadas anteriormente: 5 g. de KMnO4 y 10 ml. de formol
por m3 de incubadora.


Sin embargo, este tipo de tratamientos
se ha empezado a cuestionar desde hace algunos años. Incluso algunos
países han prohibido su utilización en salas de incubación o están en
vías de hacerlo, por su posible efecto cancerígeno, además de por la
efectividad de nuevos desinfectantes, con menor producción de residuos
y menor coste. Debido a todo ello, se ha empezado a investigar y a
trabajar con nuevos productos, como el ozono, agua oxigenada o,
incluso, con radiación ultravioleta.

[b]2.5. Inmersión en
antibióticos[/b]




Este tratamiento, siempre posterior al
lavado, se realiza con la finalidad de contener las infecciones que
puedan proceder del ovario, del oviducto y/o de la cloaca, así como del
ambiente, de la yacija y de la manipulación.


Puede ser válido para impedir o, al
menos, mitigar enfermedades producidas por mycoplasmas, salmonellas o
colibacilos, así como por algunos virus.


La inmersión tiene por objeto hacer
penetrar un antibiótico en el interior del huevo (el más frecuente es
el tartrato de tilosina en solución al 2,5 por 1000). Este proceso
sería imposible de realizar sin un lavado previo de los huevos, que
asegure que ningún germen puede penetrar en el huevo a la vez que el
antibiótico.


Normalmente, la penetración del
antibiótico se fundamenta en la diferencia de temperatura: los huevos
calientes sumergidos en una solución fría se contraen; como
consecuencia de ello, la solución es aspirada al interior del huevo, a
través de los poros de la cáscara.


Las condiciones de este proceso deben
ser:



a) Inmersión durante unos diez
minutos.


b) Uso de soluciones de varios
antibióticos, con lo que se consigue un espectro de actuación más
amplio.



En esta desinfección con antibióticos,
es preciso tener en cuenta dos puntos importantes:


La posibilidad de antagonismo entre algunos productos empleados en
el lavado y los antibióticos utilizados. Debe cuidarse, por tanto, el
realizar un correcto enjuagado posterior al lavado.
El intervalo de tiempo que debe transcurrir entre esta inmersión en
antibióticos y la carga en las incubadoras. No ha de superar las 48
horas.






[b]3. ALMACENAMIENTO O
CONSERVACIÓN[/b]




El almacenamiento de los huevos a
incubar es una parte de la incubación comercial. Normalmente, el
período de almacenamiento raramente sobrepasa los 7 días, pero
circunstancias comerciales hacen que algunas veces éste se alargue.


Está ampliamente demostrado que el
almacenamiento de los huevos para incubar produce una serie de efectos
no deseables como:


reducción de la tasa de eclosión. (Figura 1)
prolongación del período de incubación.
disminución de la calidad del pollito recién nacido.
afecta negativamente al crecimiento posterior.





Sin embargo, estas consideraciones deben
ser matizadas en función de:



a) La especie y tipo genético (los
efectos mencionados se observan con mayor rapidez en estirpes
pesadas).


b) Las condiciones de conservación.




La mortalidad embrionaria originada por
un tiempo de conservación demasiado largo afecta especialmente a las
primeras etapas del desarrollo del embrión, lo cual puede inducir al
error de pensar que ha habido una baja tasa de fecundación, en lugar de
achacar el problema al tiempo o condiciones de conservación.


Esta conservación también comporta un
incremento de la duración total de la incubación (Figura 2) (Cuadro 1),
debido fundamentalmente a:



1.- Un retraso en el inicio del
desarrollo embrionario


2.- Una menor velocidad de crecimiento
del embrión durante las primeras 48 horas. (Figura 3).



F


Esto justifica el empleo de diversas
técnicas de pre-incubación, y también la práctica de introducir primero
en la incubadora los huevos de más edad o de aplicarles un
precalentamiento, técnicas de las que hablaremos más adelante.


Cuadro 1. Efecto del
almacenamiento del huevo en la incubabilidad y el período de incubación
(Norton, 1986)


Días de
almacenamiento

% de incubabilidad
de huevos fértiles

Tiempo de nacimiento
con retraso sobre las horas normales


1

4

7

10

13

16

19

22

25




88

87

79

68

56

44

30

26

0




0

0,7

1,8

3,2

4,6

6,3

8,0

9,7

11,8










Figura 3. Efecto de la
duración de la conservación del huevo sobre el desarrollo inicial del
embrión (Mather y Laughling, 1977).





[b]3.1. Condiciones de
conservación[/b]




Los mecanismos por los que el
almacenamiento del huevo para incubar afecta al desarrollo embrionario
sólo son parcialmente conocidos. Las modificaciones físico-químicas que
tienen lugar en el huevo después de la puesta juegan un papel
indudable. Así,


la pérdida de glucosa libre de la
clara,
el aumento del contenido en calcio de
la yema y
las modificaciones de la presión
osmótica



son mecanismos muy dependientes de las
condiciones de conservación del huevo.


Por otro lado, el alto nivel de
dióxido de carbono contenido en el interior del huevo empieza
a descender tan pronto como éste es puesto, aumentando por consiguiente
el pH del albumen. Debido a que en el principio del desarrollo
embrionario muchas actividades son enzimáticas y dependen del valor del
pH, el aumento de éste da lugar a que ciertas reacciones importantes no
puedan llegar a término. Por esto, los tratamientos en el
almacenamiento de los huevos para incubar tienen como fin minimizar esa
pérdida del dióxido de carbono.


Aunque la temperatura a la que
comienza el desarrollo embrionario es diversa según distintos
investigadores, sí parecen coincidir en que el intervalo de
temperaturas de 10-17ºC durante el almacenamiento de los huevos es el
que otorga los resultados más satisfactorios, existiendo también un
general acuerdo en que las temperaturas más bajas de ese intervalo son
más idóneas cuando el tiempo de conservación va a ser dilatado.


En cuanto a la humedad relativa
del aire, debe ser lo más alta posible, pero sin permitir el desarrollo
de mohos. Debe estar comprendida entre el 70 y el 85%, incluso puede
llegar hasta el 90% cuando el tiempo de conservación es prolongado, lo
que contribuirá a reducir la pérdida de agua durante el período de
conservación.


Cuadro 5.2. Condiciones de
conservación de los huevos para incubar (Castelló y Solé,
1986).



Almacenamiento (d)

Temperatura
(ºC)

HR
(%)

1 a 3


4 a 7


8 a 14 *

17 - 20


14 - 17


11 - 14

70 - 75


75 - 80


80 - 85
* De 15 a 20 h. antes de la carga, iniciar un precalentamiento a
20ºC y 80% de HR



Esto es importante, puesto que la
pérdida de peso que experimenta el huevo durante la incubación es
similar tanto en huevos almacenados como en los que no lo son (Mayes,
1984), por lo que se debe intentar prevenir aquélla durante el
almacenamiento.


En el caso de huevos almacenados durante
10 a 14 días, si se les envuelve con un plástico poco permeable
(polietileno), el porcentaje de nacimientos no baja tanto, posiblemente
al disminuir la difusión del CO2 y mantener el pH, como
señalábamos con anterioridad. [2]


Otras hipótesis, en cambio, apuntan a
que lo verdaderamente importante y lo que, por tanto, hay que tratar de
reducir es la pérdida de vapor de agua, siendo la de CO2
menos importante. Incluso algunas experiencias han mostrado resultados
de incubabilidad similares en huevos almacenados sin envoltura (90-92%
de HR) a 12,8ºC, durante 22-28 días, que en aquellos protegidos.


Más de tres semanas de almacenamiento
requieren envolver los huevos en bolsas de plástico
-"Cryovac"®- cerradas, impermeables al gas, y llenarlas con
un gas inerte tal como el nitrógeno.

[b]3.2. Posición del
huevo[/b]




Contra la tradicional creencia de que
los huevos para incubar deben mantenerse con el polo fino hacia abajo,
Provelfert (1967, 1969) y Butler et al (1991) encontraron que
la posición inversa mejoraba la tasa de nacimientos, sobre todo para
tiempos de almacenamiento prolongados, siendo innecesario el volteo.
Esta última operación resulta aconsejable cuando los huevos se
almacenan con el polo fino hacia abajo y durante más de dos semanas,
aunque otros autores no encuentran diferencias (Pinget et al.,
1989).


Según se refleja en una revisión de
Mayes (1984), parece ser que el almacenamiento con el polo fino hacia
arriba puede ser beneficioso debido a que la yema se mantiene cerca del
albumen y esto da al embrión latente una mayor protección contra la
deshidratación y la adherencia a la membrana de la cáscara (Figura
4).


Figura 4. Efecto de la
posición del huevo sobre la situación del disco
germinal

jueves, 8 de abril de 2010

Esb3

Cualidades

Esb3 es un producto antimicróbios con una capacidad de acción muy rápida, interrumpe la formación de los coccidios de tal forma que estos no se pueden multiplicar.
Este preparado cuando se usa como es debido no tiene ninguna acción nociva sobre rendimiento de la alimentación, ni sobre los ovarios o la calidad de la cáscara de los huevos.

Indicaciones terapéuticas

Muy indicado para combatir las siguientes bacterias:
Eimeria acervulina,Eimeria
maxima,Eimeria necatrix Eimeria maxima,Eimeria tenella Eimeria maxima, (infecciones en la tripa estrecha), Eimeria brunetti (en las segmentaciones de la tripa
estrecha),Eimeria adenoides (tripa estrecha, caecum y colon ).
Eimeria melaegrimitis (duodenum y tripa estrecha).
Eimeria labbeana y Eimeria columbarum.

Contraindicaciones
Para los pájaros, ninguna. Para las gallinas ponedoras para la consumición humana, no se debe de usar.

Dosificación
1g Esb3 por litro de agua (lo que corresponde con 0,30g o 0,03% de medicamento activo al mezclarlo en un litro de agua. En el caso de contaminación con la bacteria Eimeria tenella y Eimeria necatrix, la dosificación aconsejable es de 1,5 à 2g por litro de agua.

Esquema de tratamiento

a) Tratamiento de 3 días, que se debe de repetir cuando después de un tratamiento se observan nuevos síntomas.
b) Tratamiento de 1 °,3 °,5 °,7 °,9 ° día
c) Tratamiento de 1 °,2 ° al igual que el 5 °,6 °,9 ° día.
Para grandes criaderos donde la coccidiosis se repite regularmente es aconsejable el tratamiento de 3 días a la edad de 3 à 5 semanas, también un poco antes de la puesta de los huevos.